No, gracias

¿Qué quieres que haga?
¿buscar un protector, un amo tal vez?
¿y como hiedra oscura que sobre la pared
medrando sibilina y con adulación
cambiar de camisa para obtener posición?

NO, GRACIAS.

¿Dedicar si viene al caso versos a los banqueros,
convertirme en payaso, adular con vileza los cuernos de un cabestro
por temor a que me lance un gesto siniestro?

NO, GRACIAS.

¿desayunar cada día un sapo? ¿tener el vientre panzón?
¿un papo que me llegue las rodillas con dolencias
pestilentes de tanto hacer reverencias?

NO, GRACIAS.

¿Adular el talento de los canelos, vivir atemorizado por infames libelos, y repertir sin tregua
Señores, soy un loro, quiero ver mi nombre en letras de oro?

NO, GRACIAS.

¿sentir temor a los anatemas? ¿preferir las calumnias a los poemas, coleccionar medallas, urdir falacias?

NO, GRACIAS;
NO, GRACIAS;
NO GRACIAS…

Pero cantar… soñar…. reír, vivir, estar solo
ser libre
tener el ojo avizor
la voz que vibre
ponerme por sombrero el universo,
por un si o un no batirme o hacer un verso
despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación a la luna,
sólo al que vale reconocer los méritos,
no pagar jamás por favores pretéritos,
renunciar para siempre a cadenas y protocolo,
Posiblemente no volar muy alto,
pero solo.

Por Monico Malatesta

Rebelde y valiente, Malatesta siempre ha luchado por sus derechos y se ha opuesto a cualquier forma de poder. De pluma afilada, tiene una gran habilidad para analizar los acontecimientos y para pelar plátanos.

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